04 diciembre, 2010

El principio






En el principio de los tiempos, cuando Dios lo gobernaba todo y todos los mundos se regían por él, existía un ángel de luz que dominaba la oscuridad, como un gentil rayo en un día primaveral. Conocedor de todas las runas, controlaba el fuego y el aire. Su nombre era Sigel (runa que significa “luz del sol”). Ella se reveló contra Dios y huyó a otro mundo junto al demonio Frylock, a quien amaba. Ambos rompieron el tabú y poseyendo cuerpos materiales engendraron un hijo mortal en la Tierra Media.
Pero los ángeles de Dios encontraron a Sigel, separaron su alma de su cuerpo espiritual y la enviaron a la tierra, donde reencarnaría, viviría una vida marcada por un trágico amor y moriría dolorosamente, una y otra vez hasta el fin de los tiempos.
Frylock recibió su castigo también y fue arrojado a la tierra. De este modo el hijo de ambos fue criado por otras personas, en un mundo diferente al de sus padres.

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