Extraño que mi sueño sea difícil de alcanzar. No, esa no es precisamente la razón por la que es mi sueño? Porque no es fácil de alcanzarlo, de lograrlo, de realizarlo? De otro modo no lo tendría como sueño, no lo anhelaría, no lo desearía.
Ni siquiera sé si puede considerarse como un sueño. Sólo sé que si me preguntaran, cuál es tu sueño, respondería, éste.
Hace cuanto lo tengo? No es de toda la vida. En realidad nunca lo habría considerado. Era demasiado para mí, un sueño demasiado alto, un ideal. Fue hace tres años.
Hace tres años que mi vida dio un giro por completo. Una decisión, tal vez un capricho. Una serie de sucesos inesperados. Tan sólo dejé de planear, de seguir una línea. Decidí ser libre por primera vez y para siempre. Libre para soñar, para vivir, para sentir. Que si esto ocurrió por casualidad? Sí.
Pero había algo más fuerte. Algo que me llevó a hacer lo que hice. Eso es lo que yo llamo la fuerza del destino. Porque estoy convencida de que nada ocurre por casualidad.
Decidí abandonar lo que tenía. En ese momento estaba decidida hacerlo, así lo hice y no pensé dar marcha atrás. Si me arrepentí? Muchas veces, por muchas cosas.
Pero todo lo que se vive te sirve de experiencia. No me daba cuenta que aún era una niña que no sabía lo que quería de la vida. Era una persona más que vivía por vivir, no tenía una meta. Tan sólo ser y hacer lo que se suponía debía hacer.
El primer paso fue independizarme. Separarme de todo aquello que yo consideraba una molestia. Quería vermelas por mí misma, saber que yo podía arreglarmelas en ese mundo. Convencerme de que podìa estar sola. Descubrí mi fortaleza, o quizá la redescubrí, porque en el fondo siempre había sido fuerte. Pero sólo conviviendo con gente desconocida, viviendo en un mundo "hostil" logré hacerlo.
Aprendí a estar sola. Más sola que antes y a poder vivir con eso. Fueron en esos días que confirme lo que siempre había creido, lo que hora creo. El hombre es un ser social por naturaleza, no puede estar aislado. Pero sí que puede estar solo, porque uno necesita de sí mismo antes que a los demás. Y desde uno mismo puede salir al mundo exterior. Con seguridad, quizá no total como en mi caso. Creo que fue entonces que surgio en mi la impavidez.
La universidad fue algo mucho más complejo. Siempre me pregunté una que otra vez si valía la pena. Nunca me gustó ser presionada, aunque yo no lo sabía realmente.
Soy terca, necia, caprichosa quizá. No sé como definirme, no sé como explicarme. Soy apasionada?
Hay cosas en la vida que siempre me han gustado hacer, que adoro hacer. Leer, escuchar música, ver televisión, comer. Quizá cocinar, limpiar. Dormir!
En la escuela me destacaba siempre como buena alumna. Estudiaba, no porque me presionaran (por eso nunca entregué tareas a tiempo, o de plano, no las entregaba). Me gustaba hacerlo y si habían temas que me gustaran ponía mi mejor esfuerzo en realizar las tareas (muy pocas veces), aunque generalmente nunca cumplía con mis espectativas. Lo que hacía por deber casi nunca fue de lo mejor. Supongo que a todo mundo le ha pasado esto.
Aún recuerdo arrancando hoja tras hoja porque no me salía bien una palabra, una mísera palabra en toda la hoja de mi tarea y vuelta a comenzarla. Hasta que finalmente no la terminaba. Creo que esos fueron los vestigios de que era algo perfeccionista y que no era demasiado complaciente.
En cambio ahora fui casi al extremo y muchas cosas me dan igual.
Aunque me gusta hacer bien lo que hago, al menos lo que hago por voluntad propia.
Odio que me den ordenes sobre cosas que no quiero hacer, que no las haré porque me guste hacerlas, sino solo porque debo hacerlas.
A veces ni yo me entiendo. Siento que soy demasiado compleja. Supongo que todos lo son de alguna manera. Sigo suponiendo tantas cosas y aunque sé que he "crecido" y "aprendido" todavía soy una niña berrinchuda. Porque así me ven, así me tratan, así soy.
Solían decir que era muy madura para mi edad. Y ahora pienso, cuando maduraré? Es como si hubiera retrocedido a veces, cuando en realidad he avanzado. Pero tal vez es que me atasqué mientras pensaba es esto, quizá ahora mismo estoy atascada mientras pienso.
Y los sueños siguen siendolo. Parece que siempre lo serán, porque no estoy tratando de alcanzarlos. Porque entonces perderían su importancia. Por aquí me gustaría poner una cita de Aristóteles, pero no tengo la menor idea de dónde encontrarla. Pero decía algo así como que lo realmente importante, lo que realmente se disfruta es el tiempo que se anhela, en que se sueña con alcanzar algo. Porque una vez que cumples tu sueño, tu deseo, puede que ya no lo quieras más. Porque una vez satisfechos, nos quedamos insatisfechos y buscamos algo más.
Mi sueño? Aún ahora me cuesta admitirlo en público. Quizá nunca lo haga. Porque está rodeado de otros sueños. Y son sólo una estela todos ellos.
Temática Memorias de una loca