¿Es posible amar sin ser amado? Supongo que cada uno de nosotros tendrá una respuesta. O tal vez no. ¿De todos modos es algo interesante no? ¿Cómo podrías amar si nunca te amaron? ¿Si en toda tu triste (o no tan triste) vida no has conocido lo que es el amor? Probablemente nunca te lo han enseñado y entonces, ¿cómo puedes saber lo que es? Simple y llanamente… nadie te lo enseña. Tú lo aprendes. A las buenas, a las malas o quizá no lo aprendas y eso ya es de cada quien, pero no tendrías porqué culpar a nadie. Pues sí, es fácil echar la culpa a otro. Lavarse las manos y poner excusas. Pero claro, tú eres la víctima, el pobre desposeído que no ha sido amado y por lo tanto no sabes amar. Y luego vienen las consecuencias. Tratas de llamar la atención, que obvio no lo haces para llamar la atención, pero en el fondo sabes que así es. Y también sabes que no lo haces intencionalmente. Bueno… al menos no siempre. Después, probablemente compadeciéndote de ti mismo pienses que la vida no tiene sentido y optas por el suicidio. ¡Perfecto! Es lo más fácil. O tal vez no… Pero… ¿Tienes el valor? ¿Sabías que no eres el único tonto que piensa en esto? ¿Que no eres el único que sufre? ¿Que no eres el único que ha pensado en quitarse la vida para dejar este mundo de porquería atrás? Si… lo han pensado tantos, pero obvio no te dirán “¡Hola! He intentado suicidarme” con una sonrisa amigable en los labios. Tal vez te mencionen por casualidad que alguna vez se les paso por la mente. Quizá tengas suerte y te puedas compadecer de alguien más que no seas tú. Podrías aprender tanto de otras personas. Tal vez te podrían contar lúgubres historias de su vida, de sus ideas, de cómo fue que pudieron sobrevivir a la estúpida idea de quitarse la vida. Pero… ¿Las oirías? Mmm… deberías, aunque suene patético. Además tal vez no tengas el valor de quitarte la vida. ¿Sabes por qué? ¡Porque la vida es genial! Y lo sabes. ¡Todos deberían saberlo! ¿Cómo un cuento de hadas? ¡La vida no es eso! La vida es esto. Es todo lo que te rodea. Son momentos. Felices o infelices, todo depende de ti. Son caídas de las que te tienes que levantar, son golpes de los que te tienes que reponer. Es amor, amor que debes aprender de las pequeñas cosas que vives día a día. Y bueno, espero que aún no te hayas cegado por… digamos tonterías, que al fin y al cabo no tienen la menor importancia. Y después de todo, aunque hayas arruinado tu vida, la vida de otros, aunque parezca que ya no hay nada porqué luchar. Pues… siempre hay otra puerta por la que puedes entrar. Hay otra oportunidad que puedes aprovechar. No seas tan necio, sécate las lágrimas y ve lo que hay frente a ti. Sé que hay alguien que te ama, que te aprecia y tú no le das la importancia que deberías de darle. Dale una oportunidad. Date una oportunidad y vive tu vida.
Si lloras por no ver el sol, tus lágrimas no te dejarán ver las estrellas. (R.
Tagore)
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Temática Memorias de una loca